por Kris Durden | Jul 20, 2017 | Columnistas, Kris Durden
Me temblaron las piernas cuando metió aquel sobre en la bolsa de mi sudadera. Me miró con sus enormes ojos verdes, me dio un beso en la comisura de la boca con su carnoso labio inferior y después se fue corriendo. El resto de la tarde estuve acariciando la carta...