Mi mamá llegó muy molesta de la calle y sólo me limité a mirarla. Estaba en esa edad en la que prefería no hacer ni contacto visual cuando estaba furiosa para no terminar regañado por las 120 cosas que había hecho mal (o de plano no había hecho) en el día. Así que continué con mi estrategia de mantener bajo el perfil. Por la tarde, nos sentamos a comer y la valiente fue mi hermana:
–¿Por qué estabas molesta, mamá?
–Pues hace rato que fui a la farmacia y compré un medicamento. Fueron 49 pesos y pagué a la niña que atiende con uno de $50. Me hizo un poco la plática y entre una cosa y otra dejé el peso de cambio sobre el mostrador. Me dijo que checara un producto del mostrador trasero y me distraje un momento cuando regresé la mirada, ya no estaba el peso. Obviamente le dije y se puso muy nerviosa.
–¿La chava que atiende lo había agarrado?
–Sí, y lo sé porque lo acababa de ver e incluso la alcancé a ver sacando con prisa la mano de su bolsa. Obviamente nos pusimos a discutir.
–¿Y qué pasó?
–Pues en ese momento llegó la dueña de la farmacia y preguntó que qué estaba pasando. Pues con mucha pena le dije «hasta va a decir que es una tontería, señora, porque estamos discutiendo por un peso» La señora me miró con curiosidad y le expliqué lo que había pasado. «Señora, créame que no es por el peso, sino por la acción. Simplemente eso se llama robar»
–¿Y qué dijo la señora?
–Me dijo que entendía y sacó de la caja un peso para dármelo, claro que no se lo acepté y le repetí que no era por el peso, sino por la acción.
Mi hermana le dio la razón y yo continué comiendo sin decir palabra, reflexionando en lo que acababa de contarnos. De hecho, he reflexionado en ello durante muchos años y a partir de ello tengo una postura muy firme sobre tomar lo que no te pertenece.
¿Cuál es la primera palabra que les llega a la mente cuando digo Carlos Salinas de Gortari, Elba Esther Gordillo o Javier Duarte?
Robar un peso o robar a toda una nación implican la misma acción. Robar. Tomar algo que no te pertenece.
Los mexicanos con esta oleada de saqueos han demostrado que tenemos a los gobernantes que nos merecemos. Están a la misma altura compartiendo los mismos valores. Aprovechando cada oportunidad que tienen para vivir lo más posible a costa de los demás.
Hay gente que se ha justificado diciendo que el saquear esas tiendas es quitarle un pelo al gato, o que están aseguradas y finalmente se recuperarán como si nada, y tal vez sea verdad, pero para mí lo importante no es que le robaste a alguien que le sobra y no le duele, sino el concepto que te quedas de ti mismo. Ahora te sabes un vulgar ratero, de esos de los que alguna vez te quejaste en la vida. No eres diferente de un político prófugo con dinero del pueblo. Son hombres que proceden en base al mismo sistema moral, así que ya no tienes credibilidad al quejarte si un día tú eres víctima de un robo. ¿Con qué cara le dirás a tus hijos que sean gente de provecho y roben, mientan o maten?
Ese es tu legado, mexicano. Esa será tu herencia, porque cuando te hayas ido de este mundo no podrás llevarte las pantallas que hayas robado, pero sí dejarás un mundo mejor o peor, según hayas actuado.
Para vivir existen tres métodos: mendigar, robar o realizar algo.
Conde de Mirabeau